Entrevista a Víctor Ocariz (Pyrolite Games) “Para aprender a hacer juegos la única manera de hacerlo es haciendo juegos”

Víctor Ocariz es un vallisoletano de 24 años que desde pequeño tiene clara la idea de que su mundo son los videojuegos. Actualmente dirige Pyrolite Games, una empresa nacida de un programa de incubación dedicada al desarrollo de juegos de realidad virtual.

Víctor Ocariz Pyrolite Games

PREGUNTA: Cuéntanos un poco sobre ti. ¿Quién es exactamente Víctor Ocariz?     

RESPUESTA: Soy Víctor Ocariz, tengo 24 años, he nacido aquí en Valladolid. Al acabar mis estudios, estudié Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma, un grado superior de programación. Nada más terminar hice las prácticas y después empecé a trabajar. Estuve un par de años haciendo desarrollo de aplicaciones multiplataforma, la empresa en la que trabajaba entró en ERE, nos fuimos media plantilla y es cuando ya me trasladé a Madrid. Allí estuve dos años en una consultora que se llama “Everis”, trabajando en arquitectura web, es decir desarrollar las aplicaciones y sistemas que luego utilizan otros desarrolladores para hacer más aplicaciones y páginas web.

Pero a mí desde siempre me había interesado el desarrollo de los videojuegos. Desde que estaba estudiando hasta incluso en mis tiempos libres he andado haciendo algún proyectillo. Es algo que siempre he tenido en mente hasta que hace aproximadamente un año decidí hacerlo. Hay un evento en Madrid que se llama “Allstartup Games”, es un concurso durante el cual los participantes en equipo tienen que desarrollar un juego en tres días. Al final quienes hayan demostrado haber desarrollado el mejor juego y tener habilidades y actitudes de ser emprendedor, son elegidos y pasan a formar parte de un programa de incubación de empresas mediante el cual pueden crear su estudio de videojuegos. Es lo que yo hice junto a mi equipo y ahí es cómo nació Pyrolite Games, la empresa que tenemos actualmente.

P: ¿En qué momento descubriste que querías dedicarte al mundo de los videojuegos?

R: Desde pequeñito siempre he estado jugando a todo tipo de juegos. Hubo un momento clave sobre los 16 años en el cual yo me di cuenta que me aportaban bastante. Digamos que pasé por unas fechas un poco malas y encontré un poco de consuelo en este mundo. Pensé que me encantaría poder aportar y ofrecer la posibilidad a futuras generaciones de resolver problemas como a mí me los resolvieron en su momento.

A parte, el crear videojuegos siempre lo he visto como la máxima de las artes porque lo junta todo. Esto lo vi, me gustó mucho como concepto y no tuve ninguna duda de querer dedicarme a ello profesionalmente.

P: ¿Te gusta más programar o jugar?

R: Es una pregunta difícil, me gusta mucho las dos cosas porque jugando disfrutas y te entretienes, pero programar también te da cierta satisfacción sobre todo cuando vas avanzando y ves que tu pequeño proyecto va cobrando vida. Cuando ves tu juego acabado, a la gente jugando y disfrutándolo la verdad es que esa sensación es muy potente y me gusta mucho.

P: ¿Qué es exactamente Pyrolite Games y a qué se dedica?

R: Pyrolite Games es un estudio que nació hace un año con base en Madrid. Nos especializamos en el desarrollo de juegos de realidad virtual concretamente para móvil porque creemos que es el futuro. Muchas personas piensan que la realidad virtual es algo que es verde pero la realidad es que ya está aquí. Empresas grandes como Facebook, Google o Samsung están invirtiendo mucho dinero en ella.

Por otro lado, nuestro equipo se adapta perfectamente al desarrollo de juegos de realidad virtual porque es una interacción mucho más realista. Vimos que aprendíamos muy bien en este terreno, apostamos por ello y eso es lo que estamos haciendo.

P: ¿De qué te encargas tú en Pyrolite Games? ¿Cuál es tu papel?

R: Nosotros somos actualmente seis personas, al ser pocas personas cada uno tiene que adoptar un papel de varios roles. Mi rol al principio era de programador, pero ahora mismo soy una especie de CEO. Dirijo el equipo, las reuniones con inversores y con el resto de socios, todo el tema de definir la estrategia global, cuál va a ser nuestro plan de comunicación por las redes sociales, un poco todo eso. Y luego también sigo como apoyo programando para la producción de nuestros juegos.

P: ¿Cuánto tardaste en hacer tu primer videojuego?

R: Mi primer videojuego diría que un par semanas, fue un Arkanoid, un juego muy antiguo, donde está todo lleno de ladrillos y con una bola disparada por una barra tienes que ir destruyendo todos los ladrillos.

 P: ¿Qué es lo más sencillo y lo más difícil de crear un videojuego?

R: Yo diría que sencillo no hay nada. Lo más difícil es dar con la idea porque es un proceso creativo y no hay nada peor que darle a alguien un folio en blanco. Cuando tú quieres dar con una idea buena es recomendable contar con limitaciones como pensar la plataforma que vamos a hacer, el género que vamos a utilizar o si queremos que sea online o no. El juego tiene que ser bueno a nivel artístico porque hay mucha competencia hoy en día, tiene que ser entretenido porque si es aburrido nadie lo va a jugar y tiene que ser fácil, accesible e intuitivo. El saber escoger qué tipo de juego vas a hacer y dar con la idea es lo más complicado. Y lo más fácil es producir el juego una vez que tienes ya todo pensado.

 P: ¿Cuál es tu inspiración a la hora de crear un juego?

R: Mi inspiración a la hora de crear un juego también depende mucho del tipo de juego que queramos crear. Las sensaciones de las personas cuando prueban la realidad virtual por primera vez a mí me parece francamente fascinante. El ver la cara de las personas, el olvidarse por un momento lo que están haciendo y disfrutar con el juego siendo transportadas a otro mundo es lo que nos acaban inspirando a nosotros para hacer juegos alucinantes.

P: Actualmente estáis inmersos en la producción del juego Fantasy Pets. ¿En qué consiste y cómo se ha desarrollado?

R: Actualmente es una demo, el juego es como un Tamagotchi pero en realidad virtual. Tú tienes una criatura e interactúas con ella. Es un género que sigue siendo explotado por múltiples plataformas. Vimos que no existía nada parecido en la realidad virtual y nosotros quisimos dar ese paso. Queremos dar a la gente la sensación de que la mascota es real y tienes que entrar para cuidarla. Llevamos desarrollándolo 5 meses y el juego final lo vamos a lanzar a mediados de junio.

P: ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? 

R: Terminar los juegos y publicarlos. Ver la reacción positiva de las personas ante cosas que nosotros hemos creado, que nos han llevado tanto esfuerzo, que no sabemos si van a salir. Digamos que eso es una recompensa que no tiene valor. Cuando ves a alguien jugando y ves que se divierte, eso es lo que más me gusta de mi trabajo.

 P: ¿Cómo ves el futuro del sector? ¿Crees que hay mercado en España para dedicarse al desarrollo de videojuegos?

R: Hay mucha polémica sobre si hay o no hay industria de videojuegos en España. Nuestra opinión es que sí. España es una gran consumidora de videojuegos, pero prácticamente el mayor porcentaje de los videojuegos que consumimos vienen del exterior. Sin embargo, aquí en casa tenemos productos bastante buenos. Yo creo que sí que hay futuro y cada vez va a ir a más. Los videojuegos están superando en facturación a otro tipo de culturas como puede ser el cine o la música, es un hecho y es inevitable que tarde o temprano la industria de los videojuegos en España crezca. Nosotros pretendemos colaborar y contribuir a esa evolución.

 P: ¿Qué le dirías a alguien que quiere dedicarse a esto en el futuro?

R: Le diría que se lo piense muy bien porque es bastante duro. Le diría que si se quiere dedicar a ello que se centre, que tenga mucha pasión, que nunca se rinda y que lo siga intentando una y otra vez, porque para aprender a hacer juegos la única manera de hacerlo es haciendo juegos y nadie va a tener éxito al principio. Puede que tengas que hacer uno, dos o diez juegos, pero al final seguramente acabes haciendo un buen juego y cuando la gente lo vea y diga que es bueno te lo agradecerá y tú te sentirás bien, sentirás que ha merecido la pena. Pero es duro, hay que hacer un esfuerzo bastante alto por ello, pero yo creo que merece la pena.